abril 25, 2024

Imprescindibles. Las trabajadoras del Museu de Ciències Naturals de Barcelona, 1917-1987

9 minutos de lectura

Imprescindibles. Las trabajadoras del Museu de Ciències Naturals de Barcelona, 1917-1987. – Por primera vez un Museo hace investigación y una exposición para desvelar una parte oculta de su historia, el trabajo discreto pero imprescindible durante 70 años de medio centenar de mujeres anónimas: cómo se llamaban? qué hacían? cómo entraron? qué formación tenían? cómo evolucionaron?
La incorporación de las primeras mujeres al Museo, en 1917, forma parte de un proceso de modernización en Europa y América gracias a la presión del movimiento feminista que, por primera vez, abre las puertas de las instituciones culturales y académicas al trabajo femenino. Cómo refleja la prensa de la época, eran denominadas “las señoritas del museo”, un tratamiento que muestra el sexismo paternalista de la sociedad, pero que, por otro lado, marcaba una distinción social respecto de las obreras industriales y otras mujeres trabajadoras.
Este colectivo inicia la vida laboral en tareas consideradas subsidiarias: como bibliotecarias, secretarias, archiveras, taquilleras, auxiliares de colección, vigilantes de sala o encargadas de la atención al público. A partir de la segunda mitad de siglo empiezan a ocupar lugares de más relevo científico hasta que dos de ellas acceden, ya entrados en los ochenta, a la dirección del Museo de Zoología y de Geología, entonces
dos instituciones independientes.
Imprescindibles es una historia en construcción porque no es sencillo rescatar del olvido el trabajo de las mujeres. Los archivos institucionales y la memoria del personal del presente y del pasado del Museo han estado fundamentales para explicarla. En la exposición encontramos documentos insólitos, audiovisuales, fotografías inéditas, especímenes, mobiliario, objetos de trabajo cotidiano de las mujeres así como archivos sonoros donde se podrán escuchar entrevistas a sus protagonistas.
Poner en el centro del foco la historia del trabajo de las mujeres en el Museo tiene como primer objetivo reconocer su trabajo sin el cual el Museo, probablemente, no hubiera sobrevivido. La exposición, comisariada por el historiador de ciencias José Pardo Tomás, también se propone reflexionar sobre las razones de esta invisibilidad, las limitaciones sufridas, las luchas y el esfuerzo que ha costado llegar a la situación actual, en la cual más del 65% del plantel del museo está constituido por mujeres y muchas de ellas con cargos de responsabilidad.

La exposición propone una mirada cronológica de la vida laboral de este colectivo y se estructura en cinco etapas:

1. Prólogo Audiovisual. Mujeres y museos de ciencias
Un audiovisual sitúa en su contexto histórico el inicio y la evolución del trabajo de las mujeres a los museos, un proceso que tiene lugar de forma similar en varias ciudades europeas y americanas de la escala de Barcelona.

2. La llegada de las señoritas del Museo, 1917

El año 1917, el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona contrató las primeras mujeres trabajadoras. La prensa las denominó las señoritas del Museo. Toda una señal del sexismo paternalista que dominaba aquella época. Algunas de estas mujeres eran maestras de escuela y otras tenían una formación más elemental. Todas ellas eran de familias de clase mediana, muy unidas a las instituciones catalanistas,
católicas y conservadoras del momento.
Su llegada al Museo formaba parte de un programa para dar a conocer la ciencia en la población, impulsado por la Mancomunidad de Cataluña, a las diversas instalaciones que la Junta de Ciencias Naturales mantenía en el parque de la Ciutadella: el Museo Martorell, el Museo de Cataluña de Historia Natural, el Umbráculo, el Invernadero, la Cascada con el Acuario y el Jardín Zoológico.
El Museo Martorell se inauguró el 1882. Hasta el 1916 solo trabajaron hombres. El 1917, la Junta de Ciencias Naturales incorporó 16 mujeres. Estas primeras trabajadoras hacían tareas de auxiliares de las colecciones y de apoyo administrativo a la Dirección. También llevaban la biblioteca y la gestión diaria de las instalaciones del parque.
Uno de los edificios del parque es conocido como el Castell de los Tres Dragons. En el primer piso
de este edificio, se instaló el Museo de Cataluña de Historia Natural. Aquí se trasladaron las colecciones de fauna local, se crearon secciones nuevas, como la de oceanografía, y se abrieron laboratorios y una aula para hacer cursos de formación científica abiertos a todo el mundo.

3. Los trabajos y los días. De la Mancomunidad en la República, 1918-1936.

Desde el 1917 hasta la Guerra Civil, el número de trabajadoras del Museo se mantuvo más o menos constante. Estas mujeres se ocupaban de una gran variedad de tareas imprescindibles para el buen funcionamiento del Museo: mantenimiento de las instalaciones abiertas al público, de las colecciones y los laboratorios, de la incorporación de nuevas donaciones, de las catalogaciones, de la correspondencia, de la biblioteca, etc.
Las primeras memorias y anuarios de la Junta de Ciencias Naturales incluyeron tres publicaciones científicas firmadas por mujeres.
Estrella Mata murió a los 21 años, víctima de la pandemia de gripe del 1918, conocida como gripe española. Anna Foix Quer la sustituyó una vez pasada la pandemia.
Emília Fustagueras dejó el Museo el 1918 para matricularse en la universidad. Estudió Ciencias y Farmacia. Una vez licenciada, fue profesora de Ciencias Naturales a la enseñanza secundaria.
Emília Civit dejo la Sección de Botánica del Museo para ocuparse de la familia.
Su marido, Pius Font i Quer, dirigió el Museo de Ciencias Naturales y el Instituto Botánico de Barcelona. Emília Civit compuso «Canción de las setas» durante una de las excursiones científicas que su marido organizaba con estudiantes y forofos de la botánica. De este modo, compatibilizaba la maternidad y la cuidado de la familia con la botánica, a pesar de que esto era sin sueldo ni reconocimiento.

4. La sacudida de la guerra.

La Guerra Civil supuso una sacudida terrible para la sociedad, y también para el Museo y su personal. El parque queda cerca de la estación de Francia y el puerto, dos objetivos de los bombardeos de las tropas franquistas y sus aliados fascistas, una parte de las colecciones se trasladó a una torre del barrio de Sant Gervasi. La actividad del Museo continuó en ambas sedes. Todas las trabajadoras sufrieron, de una manera u otra, las consecuencias de la guerra.
Carme Bofill entró a trabajar en el Museo en 1938. Su marido, Aguilar-Amat, era conservador del Museo y fue secuestrado y asesinado por los revolucionarios en julio de 1936.
Josepa Mata encontró su casa destruida por uno de los bombardeos de la aviación fascista sobre Barcelona. Ella y su madre se instalaron en el Museo hasta que acabó la guerra.
En marzo del 1938, Anna Foix i Josepa Mata ayudaron a trasladar, del castillo de La
Bleda, en el Penedès, a la torre de Sant Gervasi, el herbario, el gabinete y la biblioteca de la
colección de historia natural de la familia Salvador.
Hortènsia Vidal entró a trabajar en el Instituto Botánico en junio de 1937, pero no se sabe nada más de ella.
Caterina Santander era una joven botánica mallorquina. Cuando estalló la guerra, se encontraba participando en una excursión botánica dirigida por Font y Quer y se tuvo que quedar en Barcelona. Trabajó en el Instituto Botánico hasta que, acabada la guerra, pudo volver a casa.

5.La continuidad asegurada dentro de la precariedad.1939-1979

Durante los años de la dictadura franquista (1939-1975), el Museo subsistió con pocos recursos. El 1939 se disolvió la Junta de Ciencias Naturales y el 1943 se creó el Instituto Municipal de Ciencias Naturales que se ocupaba del Museo de Geología, el Museo de Zoología y el Instituto Botánico.
El número de científicos se redujo mucho y la mayoría de ellos estaban vinculados en la universidad o a
otros ámbitos profesionales. Su trabajo dependía del trabajo de las mujeres que continuaron al Museo
y que aseguraban el funcionamiento del día a día.
Pasados los primeros años de posguerra, ellas consiguieron mejoras laborales dentro de la plantilla del Ayuntamiento. Esto permitió que continuaran desarrollando sus habilidades y capacidades para las funciones básicas, como por ejemplo:


*limpiar y ordenar las colecciones,
*intercambiar publicaciones con otros museos,
* llevar al día la biblioteca,
* mecanografiar la correspondencia,
*vigilar las salas y atender el público visitante.

Todo y la situación económica precaria, las mujeres continuaron trabajando al Museo. Esto hizo posible volver a abrir los museos municipales al público y mantener las colecciones para desarrollar la investigación científica.
Las becas del Ayuntamiento para hacer prácticas a los museos municipales sirvieron para que las jóvenes estudiantes universitarias conocieran las colecciones y descubrieran su vocación por la
investigación científica.
Algunas mujeres con estudios básicos tenían las mejores habilidades para el mantenimiento de una colección. Esta constatación hacía, en ocasiones, desaparecer los prejuicios contra ellas. Un caso
ejemplar fue lo del mantenimiento del apiari por parte de Concepció Jorba desde el año 1946
hasta su jubilación en 1969.
Desde muy joven, Roser Nos estuvo vinculada al Museo de Zoología. Después de unos años de
trabajar en el Zoo, fue nombrada directora del Museo de Zoología el 1981.

Alícia Masriera entró como becaria el curso 1965-66 y acabó dedicando su carrera profesional y
científica al Museo de Geología. El 1985 fue nombrada directora.

6. Epílogo, los inicios de un cambio que acontecerá radical. 1980-1987

A partir del 1979 se recuperaron los ayuntamientos democráticos y se replanteó la función de los museos municipales. Después de un largo debate se optó por:
*aumentar el presupuesto
*fomentar la investigación y la educación
*conservar el riquísimo patrimonio científico de la ciudad
La entrada de mujeres científicas en el Museo ganó visibilidad cuando Roser Nos ocupó la
dirección del Museo de Zoología (1981) y Alícia Masriera la del Museo de Geología (1985).
La llegada a la dirección de Roser Nos al Museo de Zoología y de Alícia Masriera al de Geología fue
seguida por las incorporaciones de otras mujeres con formación universitaria al frente de las
bibliotecas, de los nuevos departamentos de educación y también al frente de algunas de las colecciones
científicas.
La progresiva privatización de algunos servicios municipales hizo que un grupo de trabajadoras se incorporara a los museos municipales. Las nuevas tareas no tenían nada que ver con los que ellas habían ejercido en sus trabajos ahora desaparecidos. Pero supieron integrarse y dedicar su esfuerzo a mantener y limpiar las colecciones, vigilar y limpiar las instalaciones abiertas al público, organizar actividades para las escuelas, preparar exposiciones, etc.
Sofía Gallego trabajó en el Museo durante más de cincuenta años. Jubilada en 1971, continuó yendo a trabajar al Museo. Este es un fragmento de una entrevista que se le hizo en 1988 para el archivo del Museo:

«Yo no he podido llegar a algunas cosas.
Hay muchas cosas aquí que habría que tener mucho tesón
en conservarlas porque son toda la historia del Museo […]
Porque, claro, van desapareciendo las personas
y los que van detrás no saben nada,
si aquellos documentos se extravían
o es una materia de la cual no saben la historia, no saben nada.
Si se pierden los antecedentes es como si no hubiera nada.
Yo soy de la opinión de conservar todo lo que se pueda archivar.»


2. PRÓLOGO. AUDIOVISUAL: MUJERES Y MUSEOS DE CIENCIAS
Un audiovisual sitúa en su contexto histórico el inicio y la evolución del trabajo de las mujeres a los museos, un proceso que tiene lugar de forma similar en varias ciudades europeas y americanas de la escala de Barcelona.

Imprescindibles:

Duración de la exposición: 1 año a partir del 23 de marzo de 2023
Horarios:
De martes a sabado, de 10 a 19 h
Domingos y festivos, de 10 a 20 h
Cerrado lunes no festivo
Precio: Entrada gratuita
Espacio: Ciencia y más.
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Como llegar: Museu de Ciències Naturals de Barcelona
Pl. Leonardo da Vinci, 4-5 (parc del Fòrum)
08019 Barcelona
museuciencies@bcn.cat
Tel. 932566002
Metro L4 (Linia amarilla) Parada: el Maresme-Fòrum
Tranmvia TRAMBesòs T4 Parada: Fòrum
Bus 7, V29, V31, 136,V33 ,B20, B23,H16,
Bici: parada més propera al costat de la porta del Museu
Barcelona Bus Turístic

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